Rugby Fun for Ladies

Por Liliana Mizrahi (*)

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Me quedé en casa para ver a Los Pumas contra Francia, con mi marido. Es una cuestión patriótica (pensé): hay que ver cine nacional, la selección nacional de fútbol, teatro argentino, escuchar rock nacional, usar industria argentina, cantar el himno, usar la escarapela y poner la banderita en el auto. ¡Pumas allaaá voy! No tengo expectativas porque nunca ví un partido de rugby entero, tanta violencia y tanto barro, 30 grandotes golpeándose, pero, esta vez me dije: ¿porqué no? Tengo que abrirme a nuevas experiencias.


Llegó el momento de cantar el himno. Los ví con una mueca de angustia cómo se agarraban entre ellos, abrazados a lo macho, aferrados, incrustados ¡Qué momento! Ví rodar alguna lágrima en tremendos tipos. Una voz en off recitaba, “...de los nuevos campeones los rostros Marte mismo parece animar” ¡el himno! Qué emoción, empecé a recitar “...la grandeza se anida en sus pechos y a su paso todo hacen temblar!” Años que no escuchaba esas estrofas ...“se conmueven del Inca las tumbas y en sus huesos revive el ardor...” ¡Qué buena idea, qué oportuno! ¡Pumas Pumas! Me parece que a mí me está reviviendo el ardor en los huesos ¡Soy una puma!...“lo que ve renovando en sus hijos de la Patria el antiguo esplendor...”

Y cuando menos me lo esperaba ya estaban todos corriendo tirándose la pelota de un lado al otro, y algún desgraciado que aparecía para sacársela. Se caen, se revuelcan, tiran la pelota afuera, se le tiran todos encima, salta la pelota y uno la agarra y corre ...“el vil invasor”, ¡tackle tackle! gritaba mi marido, “todo el país se conturba con gritos de venganza, de guerra y furor” corran, corran, la pelota salta de uno a otro, los arcos no tienen arqueros. No sé de quién es cada arco, o no son de nadie, pero el grupo aferrado en el himno “retumbaba con horrible fragor”... ¿los ves, los ves? (gritaba mi marido) Sí sí, los veo ¡Que gambas!


Veo el grupo abierto, disperso pero coordinado, se lo dije a mi marido, me dijo que sí! que estaban jugando muy bien. ¡Guauu!! Por supuesto la pelota duraba segundos y siempre venía algún vil francés, invasor, que se les tiraba encima, a los pies, a la cabeza, para sacársela. Se revolcaban que daba gusto y ya estaban de pie “...¿no los veis sobre viles franceses arrojarse con saña tenaz y cual lloran bañados en sangre Francia misma, Namibia y La Paz? Vuelan sobre el enemigo, sobre ...”el fiero tirano la envidia escupió su pestífera hiel”... y no véis a la triste tribuna que la ola no puede ni hacer. ¡Ay! se me pegó el himno y no puedo parar. ¡Pumas! ¡Pumas!...”a vosotros se atreve argentinos”... la humana montaña hacer ...”más los bravos que unidos juraron su feliz libertad sostener”...


Yo hubiera querido estar ahí, volar y caer riendo sobre ellos, hermosos, peludos, algunos con ligas en las piernas o vinchas coronando su histórica sien. ¡¡Ah!! sueño con tocar esos cuadriceps, esos gemelos, esos aductores de hormigón armado. ¡Mirá como se pasan con astucia la pelota! grita mi marido. Yo pienso en el que está debajo de la montaña, aplastado, y la pelota siempre salía como despedida como un huevo por algún lado. “Estos tigres sedientos de sangre fuertes pechos sabrán oponer”... ¡ay sí, qué pectorales dios mío! Perfecta mezcla de solidez y efectividad, dice mi marido ¡Puma querido aquí yo estoy contigo!


Con el referí, buena onda. Nadie discute. El público correcto, no silban, no tiran botellas, no se pegan entre ellos, no hay barras bravas. Hacen la ola, todo bien. Hay autoridad, al menos parece.


¡Agua! Sí que les den agua agua... y con...“brazos robustos desgarran al...(ibérico) francés y altivo león”, que les mojen bien las cabezas, qué cabezas hermosas y esos cuellos gruesos sobre esos hombros fornidos. Morrudos, peludos. Hombres rotundos. La pelota sigue saltando, ¡try try try! grita mi marido ¿lo viste? No, estaba mirando a los enfermeros que corren de un lado al otro cargando bolsas de hielo y cosas que les meten en las bocas, esas bocas llenas con protectores con banderitas. Yo quiero un protector. ¿Y cuando se contracturan? Bien que se aguantan, a lo macho, ni un quejido.


Me encantan los scrums, y ahí también participaría porque me gusta empujar. Pienso que puede llegar a ser una técnica de resolución de conflictos en familias disfuncionales o ensambladas. ¡Quién estuviera ahí dándole y dándole! ...” Aquí el brazo argentino triunfó”... ¡fuerza!... “Aquí el fiero opresor de la patria su cerviz orgullosa dobló”... se alinean, se agachan, el referí dice unas palabras ¡touch! ¡engaged! y ahí dale nomás, el tufo que debe haber adentro del scrum.

Mi marido me explicó que el de afuera es el medio scrum y tira la pelota para adentro, que si él no me lo dice no me había dado cuenta ni dónde está la pelota, y adentro hay un tipo colgando de los hombros, el hooker lo llaman, colgado de otros dos que son los pilares y el colgado hace un gancho con el pie y tira la pelota para afuera y los que están afuera (que se llaman apertura) empiezan a dar vueltas alrededor del grupo scrum para ver por dónde sale la pelota y entonces la agarran y empiezan a correr.. y se pasan la pelota. ¡Ayyy! no puedo permanecer indiferente frente a tanta masculinidad bravía ¡viva la testosterona argentina!


No quiero herir a mi marido, él me cuenta que fue hooker cuando era chico, (en el jardín de infantes, supongo), dice que lo colgaron de dos pilares porque era chiquito. No quiero herirlo, pero (la verdad) es que no me lo veo. Me explica las reglas ¿y los de gorrito? Sí sí, esos son los pilares. Los gorritos parecen hechos de corteza cerebral. Mi marido sigue: Son 3 líneas: 1ª línea, 2ª linea y 3ª linea. Hay 2 pilares de un lado y dos de otro (supongo) y en el medio 2 hookers colgando. ¡Pumas Pumas Pumas!... “La victoria al guerrero argentino con sus alas brillantes cubrió”...


Si me toca ser hooker me ahogo de claustrofobia, ¡puaj! qué tufo infernal. El me explica con la mejor voluntad, mientras yo veo, con mis propios ojos, cómo uno se apoya con fuerza encima del de adelante, de su propio equipo, está encima y le pasa un brazo por entre las piernas ¿y?... ¿le agarra las pelotas? No sé, pero ese brazo lo vi varias veces y mi marido me dijo que no sabía cómo se llamaba esa posición. Alucinante. Lo que debe ser en el vestuario, ¡quién pudiera ser ducha o jabón! También vi (todo en el scrum) que empujando, empujando, alguno se agarraba del pantalón de otro y lo tiraba con tanta fuerza que se lo bajaba. Este juego es antidepresivo, en mis huesos revive el ardor, soy muy sensible a la hormona masculina y al placer estético de estos cuerpos.


Los franceses un poco como bola sin manija, de un lado para el otro de la cancha, no agarraban la pelota, se tiraban encima de los nuestros pero no metían el gol. Estaban medio desorientados. Algunos eran impresionantes. Un rubio alto se parece a Robert Redford joven, con la cara llena de mejillas y las mejillas llenas de pelos, y el pelo rubio natural de corte moderno, fuerte fuerte, ayy, ese muchacho enemigo qué bueno está, yo esperaba que la cámara lo enfocara, que nariz, qué mirada y el azul de la camiseta. Adoro el goce estético.


Mi marido, que es un santo hooker, sigue con su didáctica, me dice, patear, puede patear cualquiera, pero normalmente patean los fullback. ¿Fullback? ¿Quién es ese que se puso botines amarillos? ¡me encantan! ¿Cómo será tocar a estos bravos guerreros? Apretarles los biceps, pellizcarles un glúteo. Y si te abrazan ¿te trituran? Fullback fullback. Y esos momentos coreográficos que entre todos levantan a dos enemigos entre sí, sosteniéndolos de las nalgas y elevándolos como si fueran dos bailarinas para que agarren la pelota.


¡Qué fenómenos! Me pregunto: ¿cómo será dormir con un fullback, un hooker, un apertura o todo el scrum?, se dan vuelta en la cama, te tiran una mano o un brazo encima y te noquean, o estiran una pierna y terminás estrellada en el suelo como el correcaminos. No me imagino que uno de ellos, en chiste, te empuje con un dedo y ya estás en la banquina.


¡Ah! dijo mi marido, esos son los forward, son los mismos que después hacen el scrum, se forman en la línea y dos son levantados en alto para agarrar la pelota. Eso también me gustaría ser, me veo ahí arriba. Los forward hacen line. No sé qué me pasa, no entiendo nada, me habla de los backs, de los tries, de los jueces de touch, no puedo, estoy conmovida por la juventud argentina. Cuando vuelvan necesito tocarlos para sentir que son reales. Agustín Pichot no va a poder jugar con Georgia, está lesionado, ay no lo soporto. Albacete una bocha... “Desde un polo hasta el otro resuena, de la Fama el sonoro clarín y de América el nombre enseñado repite ¡Pumas Pumas inmortales oíd!

 

(*) Es psicóloga clínica especializada en Psicoterapias de adultos y adolescentes en encuadres individuales y grupales; diseño de terapias vinculares, de pareja y familia; y coordinación de talleres vivenciales y de reflexión.

 


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Septiembre de 2007