Herederas DE UNA MORAL inquisidora

 

Para la tradición judeocristiana se es culpable no bien se vive. La raíz del sentimiento de culpa surge del "pecado original", resultante de la "caída del hombre", tal como lo señalan las sagradas escrituras.

 

Necesitamos crear y recrear certezas religiosas que nos protejan de la angustia que surge ante esta "culpa por existir".

 

  La culpa no es un sentimiento "natural". Es el instrumento más efectivo para neutralizarnos como sujetos autónomos. Es un arma de domesticación y sometimiento a una cultura totalitaria que nos acusa falsamente. Si las acusaciones son falsas, las defensas también lo serán. El no reconocimiento de la falsedad de las acusaciones que nos atribuyen nos convierte en seres frágiles y vulnerables a esa misma falsificación y mistificación.


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