Entrevista: Mi deseo de Vivir, Parte III

Índice

Alumnos
Antisemitismo económico
Definición de holocausto
Eufemismo y publicidad
Negacionista
Huérfano de cultura
Nazis en Argentina
Genocidio Argentino
Número

Alumnos

Liliana:

—Haim: los alumnos prepararon algunas preguntas. ¿Querés conversar con ellos?

Haim:

—Sí, sí.

—¿Quién quiere empezar?

Alumno:

—Teniendo en cuenta los diferentes orígenes culturales entre nosotros, ¿cómo percibe la incidencia entre los jóvenes de la uniformidad cultural a partir del proceso de globalización?

Haim:

—A mí me parece que cada uno aquí, sea argentino o no, debe cultivar sus raíces. Cultivando sus raíces va combatiendo contra el racismo. Argentina, como los Estados Unidos, son países de fusión, de modo que cada uno aquí tiene antepasados que vengan de tal o tal país. O sea que teniendo antepasados extranjeros, entre paréntesis, en este caso no puede ser un racista. Y esto es importantísimo.

Alumno:

—Lo que yo quería plantear viendo que en varias partes del mundo está resurgiendo el nazismo, ¿no tiene miedo de que vuelva a surgir un líder…?

—Siempre hay que tener miedo, pero siempre también hay que luchar transmitiendo la experiencia, porque los chicos que conozcan mi experiencia y la de los demás ex deportados, en este caso saben perfectamente que las ideas nacionalistas, las ideas racistas, son el primer escalón de las dictaduras y el nazismo. Me parece que esto no es forma pasiva de luchar, es forma activa pero de manera cultural.

Liliana:

—Sebastián, ¿a vos te preocupa el resurgimiento del neonazismo?

Alumno:

—Dentro de mi colegio, hay diferentes corrientes culturales, hay católicos como yo, hay judíos, hay ateos… hay gente que le sigue teniendo odio a los judíos, y lo vivo en carne propia porque tengo compañeros míos…

Haim:

—De modo que vas luchando vos también sólo con tu toma de posición.

 

Antisemitismo económico

Liliana:

—Me parece muy importante tu aporte, yo quiero preguntar: ¿en otros colegios que ustedes conocen, ha habido episodios antisemitas?

Alumno:

—En mi colegio, que yo sepa, no, pero en la comunidad se está viendo bastante. En el colegio estamos acostumbrados a respetar las diferencias.

Haim:

—Yo veo una cosa: entre ellos, entre los jóvenes no puede haber tanto antisemitismo como entre los padres, porque no están, como los adultos, tan metidos en la vida económica del país. Yo creo que muy a menudo, la vida económica del país lleva a unos cuantos, por interés, al antisemitismo. Lo que vi durante la guerra es que hubo médicos que no eran en nada antisemitas, pero cuando vieron que los médicos judíos en Francia eran detenidos dijeron: "Para nosotros la sopa". Los intereses creados, como dijo un autor español…

—Benavente.

 

Definición de holocausto, genocidio y Shoah

 

Liliana:

—Antes de que ellos llegaran, vos hiciste una discriminación muy interesante entre la palabra holocausto, Shoah, que es la palabra hebrea, y genocidio. Y a mí me pareció muy importante. ¿Lo querés repetir?

Haim:

—Yo no utilizo la palabra holocausto. La palabra holocausto es una palabra bíblica, es la traducción de la palabra hebrea Olah que significa sacrificio total. Yo considero que no estuve en Auschwitz en tanto que sacrificado en un altar cualquiera, yo considero que fue un genocidio. Holocausto tiene una connotación religiosa, de modo que no me gusta nada, y muchos de los que fueron deportados no se sintieron sacrificados para tal o cual religión, sino como seres humanos, es verdad como judíos. Yo hubiera escogido primero la palabra genocidio que es una palabra que vale para todos los genocidios, pero es verdad que existe un genocidio particular, que es el de los judíos, y en ese caso vale la palabra Shoah, que significa en hebreo: destrucción total.

—La palabra Holocausto se remite más para vos a los mitos sacrificiales, ofrenda a los dioses…

—Exactamente. Son otros tiempos, tiempos bíblicos, y yo no vivo en los tiempos bíblicos, yo vivo aquí.

—Tiene un carácter sagrado…

—No hay que transformar en sagrado lo que fue finalmente una matanza.

 

Eufemismo y publicidad

Liliana:

—Es también un eufemismo.

Haim:

—El eufemismo es una mentira. Vamos a decir, una manera de adulzar las cosas, el que adulza para tapar la verdad está mintiendo. Es lo que muy a menudo hacen en publicidad. La lengua publicitaria tiene que ser analizada en los colegios y en los liceos, para ver exactamente si el que hace la publicidad va mintiendo para tapar la verdad, para seducirte. Hasta los argumentos de los nazis eran argumentos para seducir también, y seducir es una cosa muy peligrosa.

—Vos hablabas de cómo los nazis, a través de eufemismos, fueron neutralizando la rebelión.

–Por ejemplo, en todos los países antes de la deportación había un campo donde reunían entonces a los judíos, un campo de pre-deportación, y cuando había el número necesario los deportaban. Lo recuerdo muy bien, nos pusieron en los trenes, en los vagones, y el comandante del campo hizo un discurso y nos dijo: "No temáis nada, ustedes van a trabajar al Este." Nosotros todos nos dijimos: "Bueno, vamos a trabajar, y el salario al final será la libertad un día". Pero no decían nada de lo que iba a pasar.

—Yo te quiero preguntar: ¿nadie se daba cuenta? ¿No había nadie que denunciara?

—No lo sabíamos. Nadie pensaba en ser matado o aniquilado. Hasta los detenidos, que estaban por mucho tiempo en los campos para tomar los equipajes de los que llegaban, no decían nada. Si hubieran dicho algo el SS lo hubiera matado. Sólo mucho tiempo después de mi llegada a Auschwitz, después de la selección, supe que las personas que fueron seleccionadas, con las mujeres, con los niños, iban a las cámaras de gas, pero nadie podía imaginarlo.

—El valor que tuvo el eufemismo para capturarlos y vos lo relacionabas con la publicidad.

—Sí, después, pero en publicidad se trabaja con el eufemismo para seducir, porque al final, la seducción es también agresión, una agresión mansa, encubierta.

En cuanto a los alemanes SS, nazis, sabían perfectamente lo que hacían, pero era con mentira, porque no hay que olvidar que hasta la llegada a Auschwitz, en la famosa rampa, a las señoras que llevaban hasta las cámaras de gas, les decían: "Aquí está un camión, ustedes tienen que quitar sus vestidos que van a ser desinfectados, y después de la desinfección, ustedes los recibirán". Y les daban un pedazo de jabón y la ilusión era completa. ¿Cómo podía esta gente saber que iban a pasar a las cámaras de gas, que además tenían la forma de una cámara de duchas? Esta es la comedia, verdaderamente.

—Una puesta en escena.

—Una comedia y tragedia. No eramos conscientes de que se trataba de una tragedia. ¿Sabéis lo que es un negacionista?

 

Negacionista

Haim:

—Un negacionista es el que dice que es invención de los judíos lo de las cámaras de gas. Es verdad que es una experiencia tan inimaginable que estos negacionistas pueden decir: veis, esto es tan inimaginable que estos van inventando las cosas. Caen en un terreno de irrealidad nuevamente.

 

Huérfano de cultura

Alumno:

—En la entrevista del diario Pagina 12, en un momento decís lo siguiente: "Creí que los sefardíes eran casi todos huérfanos de padres y también de cultura." ¿Qué querés decir con "huérfanos de cultura"?

Haim:

—Quiero decir que yo tenía 20 años cuando me deportaron, cuando regresé a la vida civil, me encontré huérfano de padre, de madre no, pero éramos huérfanos cuando mi madre murió en el año cincuenta, cinco años después de la Shoah. Entonces me sentí a la vez, huérfano de padre y madre. Pero al mismo tiempo, como mis padres no tuvieron tiempo de transmitirme la cultura, en aquel momento me sentí también huérfano de la cultura. Y es por esto, hasta el día de mi tesis en la Sorbonna, ante un tribunal de cinco profesores, con trescientas personas detrás de mí, dije: "Nosotros todos" —porque todos eran judíos sefarditas, dije—: "nosotros todos somos huérfanos de padre de madre y de cultura, y yo no quiero que la Shoah física sea acompañada de una Shoah cultural o intelectual." ¿Ahora lo entienden?

 

 

Nazis en Argentina, experimentos, venta de trabajo

Alumno:

—¿Qué piensa de la libertad que se le dieron a los nazis para venir a la Argentina?

Haim:

—Yo Considero que Argentina no siguió moralmente el deber que tenía que seguir, porque esto de proteger a bandidos y asesinos me parece contraproducente, es una cosa que va contra las leyes de la humanidad. Dar finalmente refugio a estos asesinos, me parece algo muy condenable. Y me parece que hay que decirlo cada día. A los cincuenta años, se van revelando muchas cosas, tanto en Suiza como en otros países. Por ejemplo, del dinero o del oro que tomaron los nazis a los judíos, esto todo, poco a poco va revelándose, y digo que lo de Argentina hay que revelarlo. No es porque es Argentina, porque de todos los países sabemos perfectamente que muchos bandidos alemanes fueron protegidos en América Latina, de todos los países. De este modo Eichmann, Priebke ahora.

Alumno:

—¿Qué sensación le produce que toda esta gente pudo escapar?

Haim:

—Yo pienso que es una injusticia muy grande. Estos seres humanos, si son seres humanos. Bestias vestidas de hombres son finalmente. No merecen vivir después de lo que hicieron. Pensar que estos que mataron tienen hijos e hijas, no les cuentan nada. Quedan en sus casas tranquilamente escuchando a Beethoven o Mozart. ¿Cómo es posible?

 

Genocidio argentino

Liliana:

—Esto no es para nosotros algo que pasó sólo en Alemania, es algo que pasó en la Argentina también y paso en Chile, y sigue pasando, y entonces el testimonio tuyo y tu emoción implica que esta integrada la experiencia y que podes hablar, hay gente que no puede hablar de esto.

Haim:

—Si, si, son muchos, pero yo considero que en cuanto llegué a Bruselas después de la deportación, inmediatamente me puse a contar en conferencias, en la asociación de estudiantes judíos de Bélgica, por todas partes, en Lieja, Amberes, Bruselas, y todavía hoy lo sigo contando a pesar de todo lo que tengo que hacer, en los liceos de París, liceos que no sean liceos judíos… Es importantísimo contarlo, para que los chicos sepan lo que es nazismo, dictadura y no dictablanda, como dicen acá, y señalar que para mi, cada dictadura es el primer escalón hacia los campos de concentración.

—Vos lo dijiste el otro día de otra manera.

—Sí, sí.

—Vos dijiste: "Pinochet es el porvenir de los campos de concentración".

—Exactamente, como Le Pen en Francia es el porvenir de los campos de concentración.

Alumno:

—Ayer estuvimos en el colegio viendo un video de Menguele. ¿Ustedes no sabían nada de lo que él hacía en ese momento?

Haim:

—No, no. Ni sabíamos el nombre de Menguele, cuando uno está dentro de un campo no sabe lo que pasa, no sabíamos que existía Menguele, no sabíamos que había experiencias, no sabíamos nada.

 

Yo trabajé en el campo que estaba ligado a una mina de carbón, después de la deportación supe que los SS vendían nuestra fuerza de trabajo a la I. G. Farbenindustrie. Una sociedad capitalista muy fuerte, que sigue hoy trabajando con el dinero que obtuvieron, de ganancias que obtuvieron de la explotación de nuestra fuerza de trabajo.

 

Número

Liliana:

—¿Ustedes vieron el número que tiene marcado en el brazo?

Haim:

—No es tatuaje mío. Me lo hicieron. Yo podría escribir un libro que sería la aventura de un número, porque con este número vivo, y no quiero quitarlo, hace parte de mi vida y muy a menudo es como un testimonio. También, al pasear por las calles en estío, en verano, la gente me mira, y de esta manera se pregunta lo que es, de esta manera tienen que preguntar y saben entonces que hubo un genocidio, de vez en cuando me preguntan: "Señor: ¿es éste su número de teléfono?" Les respondo: "No, no, era, porque hoy en día habría que añadir 4 y 1". Los nuevos números de teléfono se alargaron.

 

—¿Se dan cuenta que estás haciendo un chiste?

Y, después les digo… pero siempre con humor, la risa tiene su importancia…

 


 

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